La cueva de Maltravieso Cáceres En 1951, en el antiguo “camino de Maltravieso” situado en el término municipal de Cáceres, se estaba realizando una explotación de caliza para la obtención de cal. Debido a una explosión de un barreno, apareció una entrada a una cavidad que se correspondía con una de las salas de la Cueva de Maltravieso. Los obreros penetraron a su interior y encontraron restos humanos asociados a cerámicas. Posteriormente se exhuman varios cráneos de Homo sapiens, uno de los cuales presentaba una trepanación.
Descubrimiento del arte rupestre paleolítico
Durante una visita realizada a finales de 1956, Carlos Callejo, en su afán por conocer todo el recorrido de la cavidad, descubre la presencia de pinturas rupestres en las paredes. Este hecho pone de manifiesto la importancia de Maltravieso y la necesidad de su protección definitiva, ambos intereses mostrados durante 1957 en varias notas de prensa. En 1958, Carlos Callejo presenta el primer estudio de la cavidad, denominado La Cueva Prehistórica de Maltravieso, junto a Cáceres', mostrando los restos humanos hallados, las cerámicas y un primer análisis de las pinturas, adscritas al Paleolítico Superior. Observa la presencia de nueve paneles con pinturas, con un total de tres motivos artísticos principales: manos en negativo, series de puntos y trianguliformes. Además deduce las técnicas usadas en su realización y sus posibles relaciones con otras manifestaciones artísticas europeas.
Difusión de las pinturas paleolíticas
El descubrimiento de las pinturas, junto con la labor incesante de Carlos Callejo, fue mostrado a la comunidad científica del momento, llegando a atraer a prehistoriadores españoles de gran prestigio como Martín Almagro y Francisco Jordá. Expusieron que las pinturas rupestres de Maltravieso son las primeras localizadas al suroeste de la Península Ibérica, alejadas de la tradicional zona de arte franco-cantábrica. Los nuevos estudios realizados, junto con las exploraciones realizadas en 1959 por Carlos Callejo y Martín Almagro, permitieron descubrir nuevos restos humanos y nuevas pinturas rupestres. Estos hallazgos se publicaron en la Guía del visitante, redactado por Martín Almagro en 1969. Diez años después, en 1979, Eduardo Ripoll Perelló y José Alfonso Moure Romanillo publican los primeros grabados de Maltravieso.
Protección de la cueva
En 1963, y debido al esfuerzo de diversos investigadores, la Cueva de Maltravieso es declarada como Monumento Histórico Artístico, en base a la ley republicana de Protección del Tesoro Artístico Nacional, vigente desde 1933. En la práctica esta distinción no se hizo efectiva, ya que continuaron las obras de explotación y construcción alrededor de la cueva, provocando diversos derrumbamientos en su interior, cosa de la cuál se lamenta Carlos Callejo.
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